En medio de tanta gente | Poesía como solución
Todos los caminos llevan a Roma | Tanto tanto | Morando cada estación
La no-habanera | El correo | www (wild wild west) | Lo nuestro
La llanura | Miércoles. Es | Minutos | Se viene conmigo
En español | Aquí vs. allí | Que yo sepa | Otra vez la sequía
En medio de tanta gente
estaba en medio
de tanta gente
queriéndome ir
a los mundos paralelos
que guardamos
y nunca sacamos
en medio de tanta gente
*
a veces la gente
te absorve la sangre
y no queda nada para cenar
pero siendo yo mujer
que aprende a dar menos
y a esculpir más
solita, cenando yo
Poesía como solución
Me faltan lenguajes abstractos,
sin ortografía para explicar catarsis,
llantos o cómo se siente
cuando los rayos acarician
el caparazón de las tortugas.
Me faltan lenguajes que codifiquen los vellos
haciendo la revolución en mis extremidades.
Que concatenen señales simples
para la lava ardiendo.
Que sean un espejo convexo,
como los ojos.
Una lengua interna para sólo un compartir conmigo
la interna venganza de un alma
que vive en un mundo de cuerpos.
Para sólo jugar con mi especie
de la que fui prima y extinta.
Yo, que soy el cien por cien de mi mundo.
Me falta el lenguaje que solo sea mío,
como míos sólo son los duelos, Dios,
el baile sincronizado de las aves.
Como sólo mío es lo llano.
Como entró que fue tormenta
y luego vino la calma.
Me falta el lenguaje del alma,
como me faltan las horas
y me falta el envoltorio.
Como me falta una vida para entender a la muerte;
o un dolor para ser gozo.
Todos los caminos llevan a Roma
Si todos los caminos llevan
a Roma,
tú eres Roma.
Y la Italia,
el continente único
de los destinos que jugamos
en la soledad
de un número par.
Sí,
todos los caminos llevan
a Roma,
tú.
Ahora que ya bebimos,
vagamos en un peldaño
siendo tú Eva
y yo
Adán.
Y los dos su creación.
Y además yo
la musa del poeta al óleo.
Y tú la magia de las palabras apócrifas
que componen la Roma
y los martes por la tarde
con el tiempo en standby.
Y las doscientas noches por una
en la almohada
que da cobijo al reposo de los necios
que gracias a un Dios
somos nos.
Llevando a Roma
todos los caminos
y siendo tú Roma, Rómulo y Remo,
hoy es siempre y todo
y nada
y yo ya no hablo este idioma.
Hoy es un punto en el almanaque de
tus sentidos
que no pertenece a estos días
porque en la Roma
el tiempo
vale lo mismo
que las promesas
y ya se sabe
que las promesas
ni son empíricas
ni son amor ni son nada.
Por eso blasfemamos
a sabiendas de que somos
nada y somos Roma
y seremos
también
todos los caminos que llevan hasta ella.
Tengo tanto que aprender
que a veces se me consume
la vida en un querer y no llegar
y disfruto de ser la persona que busca ser más persona o
esa.
Tengo tanto que leer,
tanto que oír,
tanto tanto que preguntar, y sentir.
De nostalgias y de amor
y de letras que no están en mi teclado.
Tengo tanto que tocar todavía. Tantas plantas
que besar al mensajero,
Tengo aire que llevarme a los pulmones.
Y más que roce la piel.
Tanta música con la que hurgar en la herida,
-a ser posible antes de muerto el intérprete
Tantas cosas que decir sobre lo aprehendido.
Tengo
tantas miradas que querré saber
y tantas
que querré querer y quererlas en mis vidas.
Tengo tanto que romper. Platos. Ídolos.
Estereotipos que quemar en San Juan.
Tantos países en los que vivir
el tiempo que necesite para guardarlos.
Y trenes
que me lleven a lo desconocido, que es el 99%.
Tantas calles, tantas autopistas
con casas en las orillas.
Tantas casas que sean la mía en mitad
del desierto o del mar.
Y tantas contradicciones que conocer para poder odiar.
Tengo tanto que tocar en el punto exacto de las personas.
Tantos animales con los que hablar.
Mentes que conocer.
Mentes que admirar.
Mentes que perseguir nutriéndome de todo lo que no es mío.
Tanto que besar en un cuerpo. Y tanto que tocar
de igual a igual,
de costilla a costilla.
Tantos
decirte te quiero
y más palabras que odio.
Tantos días por ganar perdiendo el tiempo.
Tantas celebraciones que no son mías
y son de otros
y todos lloramos.
Tengo tantos desayunos para pensar
en los grandes problemas del mundo,
y tantas tardes para saber
que el santuario es mi casa,
y que mi Dios, es solo mío y no lo presto por si me lo devuelven sin corazón.
Tengo
tantos silencios de muchos segundos.
Tanto que callar hasta que reviente.
Y entonces
que me metan en una caja de árbol y me lleven
al vergel de mi memoria, ya toda hecha.
Morando cada estación
[Del invierno]
Imagino. La. Caliente.
Una manta para todos.
Y todos para un calor.
También de frío.
Imagino. La. Traslúcida.
Emancipada de trastos
y dependiente de los trastornos emocionales
que dan vida.
Y la reciben.
Imagino. La. Hiriente.
Entrar en la, como entrar en el alma.
Todo a flor de piel.
Y la flor,
en las cuatro esquinas.
Imagino. La. Sedienta.
Y abierta a quien al sentir
se exponga.
Y a quien al morirse oponga.
[Del estío]
Imagino. La. Distante.
Capacidad limitada
por el espacio y el tiempo.
La hibernación
del oso hormiguero.
Imagino. La. Pensante.
El retiro espiritual
del alma.
Recolectora, la máquina.
De lo ya cultivado.
Imagino. La. Desnuda.
Lejana. Abierta. Y Subordinada al fresco.
No hay tejado.
No hay paredes.
Sólo aire en la corriente.
Imagino. La. Huraña.
Libros. Cuadernos. Un proyector.
Personas en año bisiesto.
Eso sí,
la vida que no haga bomba de humo.
La no-habanera
Esto no es una habanera
Canto mudo de suspirar suspiro.
Fuera -si lo fuera- un tango
amargo y congoja interrumpido el respirar.
(Y cómo siente).
Esto no es
una jodida habanera.
Que las corcheas
te las quedaste (pa mí)
y de extrañarte no se compone una habanera.
Esto no es una habanera
Esto
desesperanza en espera.
Inminentemente cantado el llanto,
espérame para llover (por favor).
Que no es ninguna habanera
Que no sientas
Que no mueras
Que no vivas
Que no sin mis manos.
Esto no fue una habanera.
Desde la Habana
en mente la isla
se quedó sin mar que fue a Cádiz.
(Hasta que no vuelva.)
Ya te lo advertí,
que esto, de todo,
pero no habanera.
Porque jamás vi la Habana
si no fuera por tus ojos.
El correo
Ocho tercios de músculo bombeante
te he mandado por correo.
[CERTIFICADO]
Ponlos en frío
y acompáñalos de un buen
rosado.
Es la hora del despiece.
WWW (wild wild west)
Encajan las piezas del delirio de Dalí.
Lo forman
el oasis
en el desierto que fue.
Lo conforman
en el yermo terreno de mí
que fue
y se fue
y se llenó de agua de sirenas de bomberos
y se llenó de agua de casas bajas de números aleatorios
y de camiones
y de colores en las fachadas
y de lavanderías
y se llenó de agua de luz caída
y se llenó de agua de tu luz
y se llenó, el terreno, de todo lo que era.
Porque no nos andamos con chiquitas, aquí.
Aquí es un todo o nada
y el todo
inundó al todo
y el nada
nunca existió en la partida.
A caballo ganador
como en el verdadero wild west.
Cuando los principales
se salieron de la escena
-me acuerdo como si será mañana-
entonces la partida
que expiró.
Ganamos antes de haberla jugado
antes de haber nacido
ganamos
la apuesta: (Letal.)
Lo nuestro
El cuadrante perfecto
del círculo que somos.
Dos.
Las líneas
curvas
y las piezas
rectangulares del lingote hallado
que es nuestra casa.
El equilibrio del caos
es la ingrávida balanza.
Y el peso
pluma que baila al son de dos.
Qué habremos, qué seremos, qué romperemos.
Presente pluscuamperfecto
del lingote marchito.
Pluscuamperfecto el presente.
Pluscuamperfecto el destino.
La perfección del camino.
Y todo sea de ese azul.
Y nada nos perturbe
más que las rodillas de moqueta
y la moqueta de rodillas
de nuestra casa.
Y nada nos perturbe
más que los gritos
de sirenas de ciudad.
Y a mí
más que tu piel textilizada
si la quiero exenta.
Cuatro las paredes.
Nosotros dos.
Fuera el aire entregado al mundo.
Dentro dos.
[Podría sellar las puertas de nuestra casa]
Nuestra casa,
nuestro altar,
nuestra Iglesia:
Lo nuestro.
La llanura
A la par van el alma y la llanura.
La llanura que alimenta el alma
y el alma que riega los llanos
que son de sequía.
A la par
van mi alma
y mi llano.
Sin obstáculos empíricos
que entorpezcan el sendero.
De la rutina estival (que nunca existió).
Sin badenes a mi diestra
ni a mí, siniestra,
con que atrofiar las arterias
de la torpe manía (que nunca existió)
del caminar.
Esta tierra es mía.
Estos mis colores.
Y mis contrastes.
Esto es el (jodido) fin del mundo.
Esto, la llanura, el principio del mío.
De lo que es mío.
Está, la libertad más vulgar.
Exhalaré sólo una más
para regocijo de mis pulmones,
y de mis cristalizos.
Y cuando haya extraído
demasiado cereal,
me venderé a lo infinito de estas tierras
que regalan viento de Castilla
sin reclamo de una vida impar.
Ni mimos
ni miramientos.
La madre del cordero.
La madre de la madre.
La tierra,
que me adjudico
(así de arbitrario).
Porque desde la cima, vi la llanura,
aquella vez,
Porque en aquesta cima, aquella vez,
vi la llanura,
y descubrí que el mar
siempre fue meseta
que rompe en la tierra en barbecho.
Miércoles. Es
Es miércoles.
Estamos vendidos.
There’s nothing to do…
Sigo oliendo a ti
aunque ya no huela.
Es miércoles.
Estamos bandidos.
Let’s do it. Or not…
Estamos barridos,
y es miércoles.
Estamos batidos,
y es miércoles.
Estamos bebidos,
y es miércoles,
Even if it’s Wednesday or not…
Es miércoles.
Es/ta/mos.
La/ti/dos.
Hago del olor conservas
por si llega la sequía.
Es miércoles.
Estamos vencidos.
There’s nothing to do…
At all.
Minutos
Nueve minutos:
miro la recepción.
Ocho minutos:
re cuerdo (con tono argentino).
Siete minutos:
y seis
y miro la recepción
y odio la espiral
y lleno el vacío del llanto mudo.
Cinco minutos:
todo mereció en sus tempos.
Cuatro:
de nuevo lloramos.
Tres:
sórdido pellizco del latir
Dos:
del sentir.
Haciendo autostop hacia ti
Uno:
comienza la cuenta adelante…
Se viene conmigo
Estoy a un paso
y por por primera vez
no quiero.
Seguir caminando.
Estoy bien aquí.
Soy esto,
me he hecho a esto
y esto se ha hecho a mí.
Después de este paso
no deje de serlo,
pero el miedo a mi personaje caminando
al otro lado de esta línea imaginaria
me abruma.
Me pone los pelos de punta
y la nostalgia prematura
se apodera de mi carne.
Yo soy así,
porque aquí piso.
Quién sabe cómo seré sobre otros asfaltos.
A un lado de la línea estoy yo.
Yo en presente,
con un pasado.
Esto es todo lo que ha ido llenando mi saco
en este tiempo
en el que me he dejado vivir.
Esto es lo que soy.
Y me gusta.
Pero aunque así no fuese
no podría escapar.
No existe salida de emergencia para huir del fuego de uno mismo.
Al otro lado de la franja está mi siguiente yo.
Con ambiciones,
sueños
promesas con las que llenar otro saco.
Con otras gentes.
Con otros lugares.
Con otros sabores
y otros sonidos.
Tengo miedo de pisar más allá de la línea.
Tengo miedo de dejar este asfalto, gris
y con poco de particular.
Tengo miedo de cambiar el color de mis noches.
[Aunque nunca me gusto esta luz]
Tengo miedo de apagar este fuego,
de no oler a recuerdos.
Tengo miedo de dejar esta forma.
Tengo miedo de transformar-me.
Yo soy este rostro,
soy esto suelo que piso,
soy esta tierra que otros labran,
soy este clima,
soy este vino,
soy esta plaza,
soy esta llanura,
soy este río,
y esta ciudad.
Soy esta calle.
Soy lo que rezuma mi cuerpo,
porque de esto lo alimenté.
Y esté donde esté
este caldo lo llevo conmigo.
Esto es lo que soy,
y por muchas líneas que traspase,
mi esencia, se viene conmigo.
En español
En español: la estación en la que se caen las cosas.
No solo las hojas.
En español: la estación de la melancolía.
De los olores nostálgicos.
De los fríos.
Y los calores.
Y los cambios de temperatura.
Por dentro.
En español: la estación en la que se olvidan de Dios.
En español: la estación de las ganas de rutina.
Del caserismo.
Del café recalentado.
En español: la estación de los pasos andados.
La estación de los paseos. En Español.
En español: la estación de ancha es Castilla.
La estación de ancho es el mundo,
desde Castilla.
En español: la estación del pavor a la siguiente casilla.
La de salida en este español.
En español: la estación de ocres fuera, grises dentro y chillones en el silencio.
Por lo que gritan.
En español: la estación de los nostálgicos de gafas de sol sin sol.
En español: la estación de las lágrimas internas y las sonrisas alternas.
Y las eternas.
La estación de la naturaleza.
La estación de la contra natura.
En español: la estación intermedia en la que me quiero quedar.
La estación del tren. En español.
Que parte de mí sin billete y sin destino.
La estación del teatro del olvido.
En español: la estación de las pieles en las pieles.
La estación del tacto.
Y de los pelos de punta.
En español: LA ESTACIÓN
En Inglés: Fall.
No cae la estación.
Ni caigo yo.
Aquí vs allí
Aquí,
tiempo del brindis de la noche.
Al otro lado del mundo,
horas tontas de sofá captativo.
Allí el sol.
Aquí narices sonrosadas.
Aquí. Fe. Certeza.
Aquí dentrismo.
Allí, corteza. Deseo. Allanamiento de terreno para el dentrismo.
Aquí, en el sofá de esta calle. Erizamiento.
Aquí, en el sofá, viaje desde el sofá.
Allí, al otro lado del mundo. Nuevo.
Recién parido el mundo desde el otro lado del mundo.
Expectativas allí.
Vuelta a este lado, desde el otro lado. Mental.
Aquí paciencias.
Allí paz. Agitada y serena a partes iguales.
Coexistencias.
Aquí el cuerpo.
Allí la esencia. Allí la trama. Allí todo lo que no es el cuerpo.
Allí.
Al otro lado del puto mundo
estoy ya. Pero por ahora no nos ves.
Que yo sepa
AL menos en esta reencarnación
que yo sepa
nunca un cuerpo me hubo abrazado tan.
Que yo sepa.
Humano
el cuerpo
que yo sepa.
Ni la nada,
-que es el contrario de cuerpo-
tampoco me abrazó tan fuerte*.
Que yo sepa.
(AL menos en esta.)
(AL menos expuesta.)
(AL menos
Que yo sepa)
*No es fuerte el adjetivo del abrazo. Pero es lo más parecido que ofrece la lengua que hablo en esta reencarnación. Como pez el abanico era más grande.
Otra vez la sequía
Las lluvias han dejado
territorios a explorar
en un charco
y de la hibernación salimos
con hambre de historias
ínfimas y divinas.
Verde nacido del agua
y agua que llega.
Pájaros
que vienen como jornaleros
a hacer la temporada.
¿Quién te manda?
Y la fotosíntesis humana,
que es tomar el sol
en vez de ibuprofenos.